
La Superintendencia ya había
iniciado un proceso sancionatorio contra la compañía en 2013, la que es titular
de un proyecto que permite optimizar el sistema de tratamiento de los residuos
industriales líquidos provenientes de planteles porcinos ubicados en la comuna
de San Francisco de Mostazal, Región de O’Higgins.
Entre los incumplimientos
detectados se encuentran el mal manejo operacional de la Laguna Anaeróbica y el
Pantano Artificial, generándose un riesgo significativo a la salud de la
población por malos olores, como también que dicha laguna opera al límite de su
capacidad.
Ambas infracciones han sido
catalogadas como graves, por lo que arriesga una multa que puede llegar hasta
las 5.000 Unidades Tributarias Anuales (UTA) por cada una de ellas. A la vez,
se constataron incumplimientos leves en dichas instalaciones, como la
superación de parámetros en sus efluentes, por las cuales la compañía arriesga
una multa de hasta 1.000 UTA por cada infracción leve.
En las investigaciones
desarrolladas en 2015, se constataron diversos incumplimientos de la empresa
asociados a la generación de malos olores, provenientes del mal manejo de
residuos de la actividad porcina.
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