Al
respecto, Marta Ayastuy, consultora de Recursos Humanos de Randstad, señala que
debido a estos datos ha surgido con fuerza el término Responsabilidad Familiar
Corporativa (RFC), de modo que las empresas han empezado a considerar la
verdadera importancia de la conciliación trabajo-familia y cómo conseguirla.
“Una organización que se preocupa por esto obtiene niveles de satisfacción
laboral y un compromiso emocional entre sus empleados del 146% más que una
compañía que no las cuida”.
La
ejecutiva agrega que las empresas que son responsables en este aspecto son
capaces de ofrecer, por ejemplo, la flexibilidad de horarios. “Una
racionalización de las horas, entradas y salidas no demasiado rígidas, las
semanas comprimidas, o condiciones favorables en caso de imprevistos
personales, son solo algunas de las soluciones horarias que ya se aplican para
mejorar la coexistencia entre los dos ambientes”, dice.
No sólo se
puede ser flexible con el tiempo; una concepción diferente de los espacios
también es un asunto decisivo para la conciliación. “Poder trabajar desde
distintos lugares o disponer de espacios habilitados para las familias, como
guarderías, son algunas de las variantes más valoradas, ya que entender de
forma abierta los lugares de trabajo favorece la gestión de situaciones
personales no previstas que pueden darse en el día a día”, asegura Marta.
Pero atención:
el IFREI (IESE Family-ResponsibleEmployer Index) también grafica que un 70% de los trabajadores cree que pedir a su
empleador este tipo de medidas traerá consecuencias negativas a sus carreras y
oportunidades profesionales.
“El
trabajo más importante desde las organizaciones está, por tanto, en la
construcción de una cultura tolerante en cuanto a la conciliación entre vida
personal y trabajo. Los líderes y jefes son la pieza básica de esa nueva
cultura: si predican con el ejemplo, llevan la filosofía del cuidado de la RFC
a todas las áreas de la empresa o crean una figura de supervisión y atención a
este aspecto, serán la referencia necesaria para la construcción de una
percepción y atmósfera sanas entre los trabajadores. Eso, a su vez, generará
también compromiso y confianza”, concluye la especialista.
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