La ciudad andaluza de Málaga acoge mañana la 34 edición de los Premios
Goya del cine español, con dos claras favoritas: Dolor y gloria, de
Pedro Almodóvar, y Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar,
mientras que en el apartado iberoamericano la lucha será entre
Argentina, Colombia, Chile y Costa Rica.
La
película más autobiográfica de Almodóvar cuenta con 16 nominaciones,
incluidas algunas de las categorías más importantes, como mejor filme,
dirección, actor protagonista (Antonio Banderas), actriz protagonista
(Penélope Cruz), actor secundario (tanto Asier Etxeandía como Leonardo
Sbaraglia) o música (Alberto Iglesias).
Y
la vista atrás a la guerra civil española de Amenábar es la líder de
las nominaciones, con 17, entre las que están mejor película, dirección,
actor protagonista (Karra Elejalde), guion original, actores de reparto
-tanto masculino como femenino- o música, que ha compuesto el propio
realizador.
Pero
lo que parece un duelo entre dos puede verse amenazado por la tercera
en discordia, La trinchera infinita, otra historia sobre la Guerra
Civil y sus consecuencias firmada por José Mari Goenaga, Jon Garaño y
Aitor Arregi y que tiene 15 candidaturas.
Dolor
y gloria es la película más personal de Almodóvar hasta la fecha y
tiene a su favor que los mismos académicos que votan los Goya la
eligieron para representar a España en los Óscar, mientras que Amenábar
es el cineasta más premiado en la historia de los Goya, con 9 galardones
en distintas categorías.
Mientras
dure la guerra ha supuesto el regreso de Amenábar al cine en español
después de dos grandes producciones internacionales como Ágora y Regresión y su aproximación a la guerra civil española y a la figura
de Miguel Unamuno ha tenido más éxito de taquilla que la de Almodóvar.
En
cuanto a La trinchera infinita, un filme sobre los "topos" -personas
que permanecieron escondidas décadas después del fin de la Guerra Civil,
por la dictadura de Franco-, ya dio la sorpresa en los Forqué,
galardones que conceden los productores españoles, con el premio al
mejor largometraje de ficción y sus directores arrasaron en los Goya de
hace dos años con Handia, que se llevó diez premios.
El
Goya a mejor película, el más ansiado de la noche, podría recaer
también sobre Lo que arde de Oliver Laxe, la cuota del cine más
poético y arriesgado en esta gala; o sobre Intemperie, una crónica de
la cruda España rural de posguerra dirigida por Benito Zambrano.
En
las categorías interpretativas hay muchas incógnitas. Los favoritos más
claros son Antonio Banderas como mejor actor protagonista y Julieta
Serrano como mejor actriz de reparto, ambos por Dolor y gloria, además
de Enric Auquer como mejor actor revelación por Quien a hierro mata.
Pero
el único seguro por el momento es el de Pepa Flores (Málaga, 1948),
Goya de Honor de esta edición. Eso sí, todo apunta a que la que fue
Marisol, niña prodigio del cine de los años 60, no acudirá personalmente
a recogerlo, ya que vive retirada de la vida pública desde hace
décadas.
En
el apartado iberoamericano el Goya se los disputarán cuatro títulos que
demuestran la enorme calidad y variedad del cine de América Latina: la chilena Araña, de Andrés Wood; la costarricense El despertar de
las hormigas, de Antonella Sudasassi; la argentina La odisea de los
giles, de Sebastián Borenzstein y la colombiana Monos, de Alejandro
Landes.
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