En la actualidad y de acuerdo al contexto social que vivimos, los profesores enfrentan cada día nuevas exigencias, casi siempre orientadas a los resultados y haciendo cada vez más difícil el desarrollo de su profesión; en este desempeño de su quehacer diario surge el concepto de “compromiso”, el cual fue abordado por el doctor en Educación, Rodrigo Fuentealba, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián, en conjunto con la académica de la Universidad Católica, Patricia Imbarack; quienes desarrollaron la investigación “Compromiso docente, una interpelación al sentido de la profesionalidad en tiempos de cambio”.
Para el Decano de la USS, en el imaginario colectivo cuando se habla de compromiso pareciera que es un concepto claro. “Cuando encuestas a las personas y a los estudiantes sobre los atributos de los profesores, uno de los más relevantes es el compromiso. Pero ¿todos entenderán lo mismo?”, eso fue lo que se planteó el académico y que lo llevó a desarrollar esta investigación a través de encuesta aplicada a una muestra representativa de profesores de Educación Básica de la región Metropolitana.
Fueron 100 establecimientos de Educación Básica de los 1.225 con los que cuenta la Región Metropolitana, utilizando un muestreo no probabilístico por conveniencia, donde se encuestó a cuatro profesores por establecimiento, entre marzo y diciembre de 2014.
“Esta investigación demostró las dimensiones que explican, modelan y componen al concepto de compromiso y en función de eso miramos establecimientos de distinta dependencia: colegios particulares subvencionados, colegios particulares pagados y colegios municipalizados”, explica el decano, en donde además encontraron que las diferencias en los resultados de la misma institución escolar dependían del tipo de compromiso de sus docentes.
Los objetivos de esta investigación fueron explicar el constructo de compromiso docente, caracterizarlo y diferenciar sus distintos componentes, y cómo ellos inciden en los resultados de los establecimientos. Así, en términos de compromisos se llegó a la distinción de cuatro tipos, que dicen relación con: la profesión, la institución escolar donde se trabaja, los estudiantes y la enseñanza.
“Por eso cuando se dice que se tiene un profesor comprometido se puede estar pensando en alguno de esos tipos. Y puede ser que haya un profesor comprometido pero con malos resultados, porque su compromiso no está con la enseñanza sino que con la institución, hace todo lo que le piden, pero no para obtener resultados”, enfatiza Rodrigo Fuentealba y de ello se desprende que el modelo ideal es un profesor que reúna los cuatro tipos de compromiso.
Para el Dr. Fuentealba, uno de los elementos que encontró en el desarrollo de la investigación fue que “el compromiso como concepto multivariado nos permite comprender de mejor manera la labor que hacen los profesores al interior de las instituciones escolares, entre otras cosas. Siempre se habían medido estos niveles de compromiso por separado, y lo que nosotros hicimos a partir de la adecuación de una batería de instrumentos en un solo para Chile”
Bajo este marco, identificar el tipo de compromiso del profesor nos permitirá abordar los procesos de cambios, desplegando todo un potencial de aprendizaje tanto a nivel personal, profesional e institucional, que incidirá en mejores resultados. Otro de los elementos que reveló esta investigación es que cuando se tiene claridad del tipo de compromiso del profesor, hay posibilidades de intervención y cambio. “Si un profesor tiene un nivel de compromiso más vinculado con lo institucional, eso implica que hay que realizar acciones con él orientadas al desarrollo de actividades vinculadas con el trabajo con los estudiantes o con el compromiso de la enseñanza”, ejemplifica el decano de la USS.
La investigación de Fuentealba e Imbarack reportó que esto se puede aplicar a través de una autoevaluación entre los profesores o puede ser una dinámica propiciada por la institución escolar. Desde esta visión, su principal aporte es el mapeo del constructo compromiso docente, no sólo como un concepto, sino también con sus componentes y tipos, dependiendo de los cuales es posible intervenir.
Otro aporte de este trabajo dice relación con el hecho de tener un modelo matemático respecto del tema de compromiso. Ese es el producto y lo interesante es que esto se relaciona con el sentido de autoeficacia y resiliencia. Como explica Rodrigo Fuentealba, “profesores con un compromiso bajo, pero con un alto sentido de la autoeficacia o alta resiliencia pueden desarrollar de buena manera el resto de los compromisos”.
Fueron 100 establecimientos de Educación Básica de los 1.225 con los que cuenta la Región Metropolitana, utilizando un muestreo no probabilístico por conveniencia, donde se encuestó a cuatro profesores por establecimiento, entre marzo y diciembre de 2014.
“Esta investigación demostró las dimensiones que explican, modelan y componen al concepto de compromiso y en función de eso miramos establecimientos de distinta dependencia: colegios particulares subvencionados, colegios particulares pagados y colegios municipalizados”, explica el decano, en donde además encontraron que las diferencias en los resultados de la misma institución escolar dependían del tipo de compromiso de sus docentes.
Los objetivos de esta investigación fueron explicar el constructo de compromiso docente, caracterizarlo y diferenciar sus distintos componentes, y cómo ellos inciden en los resultados de los establecimientos. Así, en términos de compromisos se llegó a la distinción de cuatro tipos, que dicen relación con: la profesión, la institución escolar donde se trabaja, los estudiantes y la enseñanza.
“Por eso cuando se dice que se tiene un profesor comprometido se puede estar pensando en alguno de esos tipos. Y puede ser que haya un profesor comprometido pero con malos resultados, porque su compromiso no está con la enseñanza sino que con la institución, hace todo lo que le piden, pero no para obtener resultados”, enfatiza Rodrigo Fuentealba y de ello se desprende que el modelo ideal es un profesor que reúna los cuatro tipos de compromiso.
Para el Dr. Fuentealba, uno de los elementos que encontró en el desarrollo de la investigación fue que “el compromiso como concepto multivariado nos permite comprender de mejor manera la labor que hacen los profesores al interior de las instituciones escolares, entre otras cosas. Siempre se habían medido estos niveles de compromiso por separado, y lo que nosotros hicimos a partir de la adecuación de una batería de instrumentos en un solo para Chile”
Bajo este marco, identificar el tipo de compromiso del profesor nos permitirá abordar los procesos de cambios, desplegando todo un potencial de aprendizaje tanto a nivel personal, profesional e institucional, que incidirá en mejores resultados. Otro de los elementos que reveló esta investigación es que cuando se tiene claridad del tipo de compromiso del profesor, hay posibilidades de intervención y cambio. “Si un profesor tiene un nivel de compromiso más vinculado con lo institucional, eso implica que hay que realizar acciones con él orientadas al desarrollo de actividades vinculadas con el trabajo con los estudiantes o con el compromiso de la enseñanza”, ejemplifica el decano de la USS.
La investigación de Fuentealba e Imbarack reportó que esto se puede aplicar a través de una autoevaluación entre los profesores o puede ser una dinámica propiciada por la institución escolar. Desde esta visión, su principal aporte es el mapeo del constructo compromiso docente, no sólo como un concepto, sino también con sus componentes y tipos, dependiendo de los cuales es posible intervenir.
Otro aporte de este trabajo dice relación con el hecho de tener un modelo matemático respecto del tema de compromiso. Ese es el producto y lo interesante es que esto se relaciona con el sentido de autoeficacia y resiliencia. Como explica Rodrigo Fuentealba, “profesores con un compromiso bajo, pero con un alto sentido de la autoeficacia o alta resiliencia pueden desarrollar de buena manera el resto de los compromisos”.
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