BC-Help, el taller de bicicletas que creció gracias al dinero plástico

La idea original del dueño de BC-Help fue generar estacionamientos de bicicletas a los usuarios de oficinas. De esta forma, podrían tener seguro su medio de transporte mientras realizaban su labor. Antes de lanzarse con esta idea, generó varios focus  group, para ver si podía ser realmente una idea que diera frutos en el largo plazo.

Finalmente, se dio cuenta de que a las personas no les importaba mucho donde dejar sus bicicletas mientras fuera con un buen candado, y que muchos edificios proporcionaban ya el servicio que él quería implementar. Su idea no prosperó, pero lo importante de eso es que pudo visualizar ahí otra problemática para los fanáticos de las dos ruedas, y también una oportunidad rentable de negocios.

Los oficinistas no tienen tiempo de arreglar sus bicicletas en un taller, ni tampoco son muy amigos de dejar su medio primordial de transporte por 4 o 5 días mientras dura la reparación. Para satisfacer esta demanda, Mario Cerda generó radio de atención en que no se demora más de 15 minutos en llegar a cualquier lado, y cuando lo hace, repara la bicicleta en el mismo lugar donde ocurrió el desperfecto. Si la reparación se proyecta a durar más de 24 horas o se visualiza que la persona puede quedar sin su vehículo por mucho tiempo, se le proporciona una bicicleta de reemplazo, de forma de facilitar siempre la experiencia para el cliente.

El negocio empezó a prosperar, BC-Help adquiría cada vez más notoriedad y más personas recurrían a sus servicios. Sin embargo,  debido al target de clientes al que apuntan, comenzaron a ver otra tendencia: las personas que los llamaban usualmente no andaban con efectivo, y al no poder realizar el pago de su reparación con tarjetas, terminaban perdiendo el cliente.

“La demanda por el servicio era alta, todo el mundo anda con tarjetas hoy en día. No había manera de mantenernos solo con el efectivo, no había forma de poder entrar a un mercado y poder tener una venta como la que esperábamos sin incorporar tarjetas” Explicó el dueño y fundador de BC-Help.

Ventas más grandes

Para palear el efecto de esta tendencia fue que a 4 meses de haber abierto sus puertas, BC-Help ya contaba con sistema de pago mediante tarjetas de crédito y débito. El crecimiento, según cuenta Cerda, fue exponencial, llegando a realizar la mayoría de sus ventas con el dinero plástico.

“De una venta ticket promedio de 50 mil pesos  diarios, ahora hacemos 800, 500 mil pesos diarios, y de eso la mayoría son tarjetas. Aproximadamente, el 70% de nuestra ganancia mensual es por la venta mediante este sistema”, cuenta Mario Cerda.

Las ventas crecieron, el negocio logró posicionarse y hoy en día cuenta con una clientela fiel y en franco ascenso.

El plus de la innovación

El aporte de nuevos sistemas de pago no ha sido solo cuantitativos para BC-Help. Al ser una empresa pequeña, la confianza con el cliente es fundamental. Incorporar el pago mediante tarjetas, brinda una sensación de calidad en el servicio hacia el consumidor, ya que empresas de la importancia de MasterCard, por ejemplo, no pondrán su nombre en un servicio que no sea de excelencia.

 El dueño de BC-Help comenta que, desde el momento en que pregunta a las personas cómo quieren cancelar su cuenta, se genera una sorpresa en las personas y un impacto positivo en cuanto a la valorización de su empresa.

“Las innovaciones dan notoriedad y funciona. Cuando llegamos a las oficinas con el POS para que cancelen con tarjetas, los oficinistas se lo muestran entre ellos y comentan lo moderno que es el servicio, lo bueno que es, y eso es un plus”.

Luego de 3 años, BC-Help ha crecido exponencialmente. Cerda atribuye mucho de ello a la pronta incorporación de pagos mediante tarjetas. Según cuenta, el próximo paso será expandirse y crear nuevas sucursales en Santiago, permitiéndole ampliar su negocio, cumplir sus sueños y el gran objetivo de su vida: vivir de su pasión por las dos ruedas.


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