En febrero de este año, el Ministerio de Salud sometió a
consulta pública - a través de su página web -, una propuesta sobre
“Norma Técnica que regula la relación asistencial-docente y establece el
proceso de asignación de campos clínicos y sus respectivos campos de
formación profesional y técnicos de pregrado”. Dicha propuesta, a juicio
de las universidades regionales del Consejo de Rectores, además de
mantener las limitaciones de la norma técnica anterior, presentaba dos
grandes problemas:
Primero, se elaboró sin la participación de
las Universidades Regionales, quienes han realizado una histórica
contribución al desarrollo de la medicina en nuestro país; construyendo
facultades y escuelas para formar a miles de profesionales y
especialistas, han hecho investigación y extensión y han mejorado la
calidad de vida de la población, en particular en zonas extremas y
rurales.
Segundo, el plazo de consulta –febrero y marzo- daba
escasa oportunidad a las universidades de participar, considerando el
receso universitario de febrero y el inicio del año académico de marzo.
La
Agrupación de Universidades Regionales de Chile, convocó a directivos y
especialistas de sus Facultades de Medicina y Ciencias de la Salud para
intentar un diálogo con representantes del MINSAL. Básicamente,
solicitaban mayor plazo para analizar la norma y subsanar los problemas
de la anterior regulación.
Frente a la imposibilidad de extender
el periodo de consulta –cerrado el 3 de abril- e integrar a estas
instituciones en la redacción de la nueva propuesta, las 22
universidades regionales del CRUCh decidieron hacer una declaración
pública donde exponen su posición y solicitan un nuevo proceso de
diálogo efectivamente participativo.
Sintetizando, la molestia de las casas de estudios regionales se funda en que:
1.
Se desconoce que la formación de profesionales es un esfuerzo conjunto
MINSAL – MINEDUC e Instituciones de Educación Superior.
2. Se
ignora el aporte histórico y actual de las universidades regionales del
CRUCh en el desarrollo de la salud y en mejorar la calidad de vida de la
población de todo el territorio nacional.
3. La asignación de
campos clínicos ha ido crecientemente dependiendo de decisiones
personales que subvaloran la calidad y trayectoria de las instituciones -
como la acreditación -, y privilegian la capacidad de retribución
económica, competencia desigual que afecta en particular a las
universidades regionales.
4. Entrega facultades a
las autoridades para evaluar aspectos sustantivos de los programas de
desarrollo curricular, afectando la autonomía de las instituciones y sus
proyectos formativos.
A continuación, la carta completa:
DECLARACIÓN
PÚBLICA SOBRE EL PROYECTO DE NUEVA “NORMA TÉCNICA QUE REGULA LA
RELACIÓN ASISTENCIAL-DOCENTE Y ESTABLECE PROCESO DE ASIGNACIÓN DE CAMPO
CLÍNICO Y SUS RESPECTIVOS CAMPOS DE FORMACIÓN PROFESIONAL Y TÉCNICOS DE
PREGRADO”.
La Agrupación de Universidades Regionales (AUR) reúne a
22 instituciones, más de 20.000 docentes e investigadores, a 220.000
estudiantes de pregrado de los cuales más de 23.000 se forman en el área
de la salud, a través de 114 programas a lo largo de todo Chile,
declara:
Primero, nuestras instituciones son parte de la historia
del país y polos de desarrollo social, económico y cultural de sus
respectivas comunidades y territorios. Sus actividades han ayudado
directa e indirectamente a mejorar la calidad de vida y la salud de la
población.
Segundo, ellas han formado a miles de profesionales y
técnicos que se han comprometido con la salud pública, y entregado
atención a la población en todos los rincones de Chile. Son ellas las
que en el área de la salud realizan cotidianamente labores de extensión y
vinculación con los diversos sectores sociales y, particularmente,
personas vulnerables, comunidades indígenas y zonas aisladas.
Tercero,
la norma que regula actualmente la asignación de campos clínicos
hospitalarios y de atención primaria, y la relación asistencial docente,
evidencia diversos y graves problemas: su aplicación depende de
decisiones personales, subvalora la calidad y trayectoria académica de
las instituciones regionales y, entre otras, hace recaer la decisión en
la capacidad de retribución económica de las instituciones,
estableciendo una absurda y desigual competencia.
Cuarto, la
nueva Norma Técnica (NT) no mejora la actual en vigencia, mantiene sus
limitaciones y problemas, y fue elaborada sin considerar la opinión,
experiencia y compromiso que en el tema tienen las universidades
regionales del CRUCh. Tampoco ella asume que éstas son las principales
instituciones formadoras de especialistas y subespecialistas de las
áreas de la salud, por lo que no se entiende que ignore la formación de
postgrado.
Desde la legitimidad y responsabilidad que tenemos con
el desarrollo de la salud pública y del país, hacemos explícito nuestro
rechazo a la norma técnica propuesta y demandamos abrir un
efectivo
proceso de diálogo y consulta, que, con el concurso de todos los
actores involucrados, de lugar a una regulación que realmente supere los
problemas de la actual.
Solicitamos que se preste especial
atención a este tema, en la certeza de que se trata de un problema que
requiere una política pública que vele por los intereses generales de la
nación.
Patricio Sanhueza V.
Presidente, Rector U. de Playa Ancha
Óscar Galindo V.
Vicepresidente, Rector U. Austral de Chile
Aliro Bórquez
R.
Vicepresidente, Rector U.
Católica de Temuco
AGRUPACIÓN DE UNIVERSIDADES REGIONALES DE CHILE

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